LA HABITACIÓN DE LAS LETRAS

Tengo espacio, tengo lectura, tengo aprendizaje. 

El espacio físico en el que leemos y compartimos nuestras experiencias literarias es fundamental para encantarnos con las letras.

Muchos de los jóvenes de nuestro país no disfrutan de la lectura literaria. Tal fenómeno surge por variados factores. Sin duda, uno de ellos, es porque en nuestros establecimientos no se encuentran espacios dedicados para dirigir la educación literaria, centrada en el diálogo de lo que leemos y en  las experiencias personales de las acciones narrativas. Tal espacio es fundamental, ya que promueve el aprendizaje y facilita los objetivos, contenidos y valores que los establecimientos se proponen (Gutiérrez y Pérez López, 2002)

Si poco a poco vamos creando espacios,  generaremos una lectura colaborativa, en confianza, movimiento y experiencia. Por tanto, existirá una transformación de un lugar de la biblioteca que propicie el placer por la lectura. De esta manera, los jóvenes no solo se recordarán de lo que sucede en tal libro sino del momento que compartió con sus compañeros al leer una historia, poema u obra de teatro.

Para este proyecto es necesario:  set de alfombras piso goma eva, pouff pera y pelotas de pilates. 

Mis estudiantes

Mis estudiantes son jóvenes de entre 14 a 17 años que cursan de primero a tercero medio en el Colegio Buen Pastor de Constitución. Provienen de diferentes zonas urbanas y rurales de la región. Lo que los hace un grupo diverso, que disfruta de diferentes actividades asociadas principalmente a la naturaleza. 

Se caracterizan por ser alegres, curiosos, críticos con lo que sucede en su entorno y disfrutan de aprender moviéndose,  de forma experiencial y en el diálogo con otros. Sueñan con crecer personalmente y ayudar a sus familias. Como también aportar con sus talentos a su comunidad.